Acabado el curso toca hacer valoraciones. Malas la mayor parte, porque si no no habría habido descenso. Si las cosas se hubieran hecho mejor el curso se hubiese aprobado, aunque fuera por los pelos.
No soy de los que echo la culpa exclusivamente sobre alguien o sobre algunos, al final, la realidad dice que el equipo lo formamos todos, incluidos aficionados y la culpa, por tanto, hay que repartirla a partes iguales sobre todos los que forman el club.
Por empezar desde arriba, la directiva tiene un merecido suspenso. Es evidente que no se han hecho las cosas bien durante los últimos dos años, para qué alargarse más. Ya el año pasado se estuvo apunto de descender, salvándonos un milagro llamado Jorge D'Alessandro en la última jornada en Villarreal, pero este año ya no ha habido salvación, a pesar de la mejora del equipo en los últimos dos meses de la mano de Balta en el banquillo. Se han cometido los mismos errores en estos últimos dos años, el más evidente y dramático, el hecho de perder dos meses de competición con dos entrenadores puente que no aportaron nada de nada, perdieron el tiempo, Sito y Pepe Murcia. La mala gestión de los precios de las localidades en determinados momentos de la temporada y el hecho de no levantar la voz contra los árbitros a pesar de las evidencias que decían que estábamos siendo muy perjudicados con referencia a otros equipos, son otras de las cosas que hacen que la directiva no consiga aprobar el curso.
El tema de el entrenadores es de lo más importante. Mala señal cuando un club tiene tres entrenadores en una misma temporada, lo único que demuestra es una muy mala planificación. Oscar Cano empezó la temporada muy bien, ofreciendo un fútbol vistoso en determinados partidos, pero no supo poner fin a una malísima racha, no supo cambiar la dinámica de resultados y se vio superado por la situación. Sustituido por Pepe Murcia, antagonista en estilo de Oscar Cano y lo más parecido al clementismo que ha pasado por aquí. El equipo pasó de jugar en campo rival e intentar tener el balón a jugar muy cerrados atrás y usar el patadón hacia delante como única arma. No podía tener buen final y acabó siendo relevado en el banquillo por Balta.
El Balta director deportivo no puede tener otra nota que el suspenso. Mala confección de la plantilla, mala gestión de los entrenadores... Firmar un jugador como Marcos Márquez con 34 años por tres temporadas, por mucho que salga bien es un gran error, gran parte de jugadores fichados sin experiencia en segunda, Andrés, Sergio García, Hector Yuste, Arbilla, Juanjo... aunque algunos hayan salido bien. Mario Rosas viene medio lesionado y en baja forma y no debuta hasta finales de octubre... son demasiadas cosas como para que Balta apruebe como director deportivo.
Otra cosa es el tema de
entrenador. Balta ha sido el
único que ha conseguido
enderezar a la plantilla,
motivarlos para afrontar los últimos meses con ánimos suficientes para intentar la salvación aunque al final no se consiguiera.
Lo que no tengo tan claro es que sea la persona idónea para afrontar el reto de devolver al equipo a Segunda desde el banquillo como se apunta en algún medio de comunicación. Veremos a ver porque desde luego es la solución más fácil y factible en estos momentos donde el tema económico es tan importante.