lunes, 4 de abril de 2011

LA HISTORIA ESTÁ LLEGANDO A SU FIN

Todo apunta en una misma dirección. Todo apunta hacia un descenso que yo, particularmente, no esperaba viendo la plantilla que se había confeccionado para este año. Pero las cosas a veces no salen como uno quiere.

La historia de la Unión Deportiva Salamanca tiene 88 años de vida y parece que no se va a alargar mucho más en el tiempo. Los últimos acontecimientos nos llevan a pensar en un más que probable descenso de categoría y en una más que probable desaparición si este hecho se consuma porque no parece muy viable el mantenimiento del equipo en la segunda división b de nuestro fútbol.

No voy a hacer muchas reflexiones al respecto. Ya no merece la pena. Estamos en manos de una plantilla de jugadores que salvo raras excepciones no entiende lo que significa ese escudo y esa camiseta, gente como Juanpa, que salió de la cantera o Quique Martín, que lleva en el club muchos años, aunque en distintas etapas, son los únicos que pueden sentir un poquito lo que supondría el descenso y la desaparición del equipo. El resto, nada de nada. Cuando acabe la temporada recogerán sus cosas y se macharán a sus casas esperando tener la suerte de que algún equipo les ofrezca un contrato donde seguir dando el "espectáculo" que nosotros vemos cada domingo. 

Hay gente muy profesional en esta plantilla, no me cabe la menor duda. Moratón o Hector Yuste, por ejemplo, son unos profesionales como la copa de un pino que se están dejando los cuernos cada domingo por un equipo en el que llevan meses. Goikoetxea, Miguel García, el tiempo que estuvo hasta su infarto... pero no podemos pedirle que sientan los colores. Lo único que podemos pedirles es que se sigan comportando como hasta ahora hasta final de temporada, después..., gracias y suerte en la vida.

Me da mucha pena la situación del equipo y egoistamente hablando no me importa por mí, yo puedo hacer cosas los fines de semana en Salamanca si no hay fútbol. Me importa por mi padre. Mi padre se hizo socio cuando el equipo jugaba en "El Calvario", ya ha llovido, ha sido socio toda su vida, en todas las categorías, ha visto de todo. Mi padre no es de bares, no juega la partida como muchos otros padres que podrían estar ocupados la tarde del sábado y la del domingo. Mi padre sólo tiene a la Unión. Por eso me da mucha pena que el equipo desaparezca. Por mi padre.

Como digo ya no merece le pena ni arengarlos, como hacía en el mes de febrero, cuando creía que la situación se podía solucionar. Pero nada más lejos de la realidad. Sólo nos queda el agarrarnos al "matemáticamente" y esperar un milagro. Un milagro sería que nuestros jugadores se transformaran en los Barbará, Vellisca, Pauleta, Cesar Brito,... pero los milagros no existen...

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